Tengo un amigo muy triste
que siempre llama tarde
y se despide muy temprano
Tengo un amigo muy triste
que me cuenta
qué tan falsa es la vida
qué tan difícil es volver a enamorarse
qué tan complicado puede ser abrir el corazón
qué tan doloroso puede ser recordar
Tengo un amigo muy triste
que se niega a querer
porque dice que no está listo
que me cuenta cómo va su día
que carga con grandes y pesados recuerdos en los hombros
y a veces me los platica por la noche, sonríe y llora
Un amigo muy triste
que me muero de ganas
de abrazarlo y sentirlo tan cerca de mi
que me lleva con engaños a su coche
para despojarnos de ese pasado tomentoso
en un dulce elixir que mata cualquier pena
Pero al día siguiente se convierte en algo tan banal
tan insípido, tan intrascendente
que nos avergüenza
Mientras intentamos justificarnos
en el placer y el deseo
el sentimiento y el afecto
Pero terminamos negandolo todo
¿para qué?
fue la última vez
Tengo un amigo muy triste
que me besa despacito bajo la lluvia
rápido, impetuoso, extasiado, cuando nadie nos ve
Como si mis labios fuesen a desaparecer
como si sólo le quedara mi recuerdo
y esas ganas de besarme, desde los 16
Tengo un amigo muy triste
que me cuenta cómo se siente la decepción
que me textea pendejadas, y luego me hace reír
Tengo un amigo muy triste
que me pone muy feliz
que me hace suspirar y pensar, ¿cuándo nos volveremos a ver?
¿Cuando me vas a llamar?
¿Qué es lo que piensas de mí?
¿Me veo guapa así?
Tengo un amigo muy triste
que me abraza todo lo que me duele y lo que nadie ve
matando nuestros deseos de ser libres
renunciando a cualquier prejuicio
a cualquier moral
a cualquier mandamiento
en su carro
donde nadie nos ve
negando al día siguiente, cualquier evocación del dulce recuerdo
Tengo un amigo muy triste
que me besa el desconsuelo que me invade al pensar que
nunca seremos algo más
Tengo un amigo que me desea
en las noches frías y solitarias
que me extraña
Impotente, odiándose por ser tan sensible
odiándome deslizando sus dedos sobre mi espalda
odiándonos por todo lo que somos y lo que nunca seremos
Me toma de las manos para que no tenga miedo
mientras lo beso suave y lento
como sellando un tratado de pertenencia
Tengo un amigo muy triste
y me esfuerzo un poco en intentar alegrarlo
y lo beso y lo abrazo y lo sueño
Y me mira, y me dice
Hablamos después, Debs.
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